Hace tanto tiempo,
Tanto, que anhelaba contemplar
Las extrañas formas
Que el universo otorga
En un cuerpo,
Unos ojos, o una sonrisa
Queda;
Tanto que lucho en la espera;
Que ahora que duermo
A nueve pasos de tu estela
No sé, si ser observador impertérrito
Del paso de tus sueños
Bajo tus párpados,
O partícipe abandonado
Al furioso encanto
De tu pelo;
Tus manos,
El perfume,
O tu profundo lenguaje,
Bajo el que mermo
Y me crezco luego.
Y es tan complicado,
Tanto, como lo son las horas
Del desasosiego,
O la espera, o la llegada
Del sueño.
Es así que miro
Analizo y aprendo
Todo lo de allá afuera
Donde sólo veo,
Y comprendo,
Como te guardan envidia
Las estrellas
Allí bajo el infinito firmamento
Que las baña y nutre,
Pues son eternas;
Mas como los mortales
Nunca sueñan.
Tan solo pueden observarte
Des de allá, tan lejos,
Como mi alma desearte,
Desde acá, tan cerca.
Que puedo sentir el llanto
Crómático
Y el crepitar marchito
del tic tac Impávido,
Que marca horas y un
Sentimiento,
Que prende en la garganta y
Va hacia mis labios
Que son tan tuyos
Que no me quejo.
Pero solo, y es mi pena,
Puedo tenerte entre sueños,
Mal dormidos,
Entre noches que unen, separan,
Esperan;
Y entre sábanas ajenas.
1 comentario:
Qué bonitos poemas, las dos últimos, no los vi, pues estuve nueve días en el norte de África, entre Marruecos y Argelia. En los versos, parece, que vas cosiendo puntada a puntada todas esas palabras tiernas y llenas de ironía. Pero haces una disección tan meticulosa de tu tela de araña y amorosa que conviertes los versos en algo tan hermoso como el concepto ideal del amor. Metes la aguja y cuando la sacas bordas a la perfección un verso y otro y otro...
Deberías de estar en Granada, dónde va a parar comparándola con Málaga, es broma, yo bajo mucho allí. Diviertete, pues eres adorable y tierno como pocos.
Besos.
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