Y pasar mirando del otro lado
Donde 
La vela candente que ondea
En el delicado horizonte
Consume con su perfume infame
El hálito exangüe de la noche: 
El salto al escenario,
Desde la platea;
Donde la lozanía de un cuerpo
Es táctil, es dúctil; como el verbo:
Caliente.
Allí en el abismo,
En que le arranca a un Ángel
De sus oídos el insomnio
A golpe de susurro: 
“Fuego, camina conmigo”
A través del dorado titilante
De valles y montañas
Guia
Mis manos que son ríos
A través del campo vedado
Del pecado.
Enséñame el camino;
A velar mi miedo;
A ser dueño de estas manos, 
De estos ríos, de estos sueños
Que vivo en vela y vivo,
Que siente y siento
Con la corriente
En este cuarto frío,
En esta llama que arde
E ilumina
Aquel recuerdo grabado a fuego
En mis sentidos. 
Ser la luz de la vela que 
Te acaricia lenta 
Todo el cuerpo, 
A eso aspiro en el momento
En que te miento:
"No pasa nada”
Y te respiro.
Tan cerca 
Que me cercas,
Y el resto:
Tan solo olvido.
 
 

1 comentario:
Qué teatral. Y qué bonito.
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