La de los amantes

Me confundo y exaspero entre esdrújulas,
no encuentro rimas mientras hay risas
y en este cuento infantil, solo hay Úrsulas.
Infantil a estas alturas, la mejor de las palabras.
Y entre crípticos mensajes de oro bruñido,
entre miles de fotos y archivos hendidos
me confundo, me confundo y no vivo.
¡Vamos! Despierta del infante embrujo.
Ni soy el mismo, ni tu misma, que lo eres,
dices que lo eres, que no eres la misma.
Cayar, y ahora lo noto sí es estúpido,
pero corramos un velo, un tupido velo,
que es lo que “buscas y quiero”.
Sigamos el juego, y miremos el cielo.
Lunas, astros, viento y nubes. Claros.
La noche siempre es oscura y el día;
el día se tornará en una tarde hecha
de rosa y místico azul.

Como aquella muerte.
...

Fin