Sin razón

Me escondo, como quién fuera Fígaro más en su madurez, como otros ahora son Ronsencrantz a modo más furtivo, como él en su juventud. Espero no encontrarme porsupuesto con la muerte a los treinta y pocos. Igualmente, me escondo. Tras un calendario de junio del año pasado que nunca se acaba, junio, se está haciendo largo, y aún queda julio de pormedio hasta llegar el agosto. A veces voy a la playa, pero no tengo que ir muy lejos, yo mismo fabriqué la mía y es mejor que muchas a las que fui nunca, y delante de la fantástica bola mágica ya hace suficiente calor. El bronceado nunca me importó.

Aparezco en canciones de cantantes a las que el sabor de la aceituna no se si les gusta, pero son más del sur que del norte. Yazco furtivo entre palabras, casi siempre esdrújulas, como algunos poemas inacabados que terminan por resolverse, entre entradas de un blog que se modifica a si mismo si miramos bien y resolvemos las "equis". Me merezco esas pequeñas pesadillas, que no lo son, si son sueños, pero que atestiguan las necesidades que unos y otros se niegan. Recuerdo tantas cosas, que hasta que no me di cuenta de que era un compendio de todas, no supe mirarme en el espejo; y aun se me resiste.

Es por eso, que fui, dejé de serlo, y tuve que volver a ser, el hombre de las mil, y las mil sonrisas.

Pasen, pasen y vean, pero shhhhh, silencio. Este es un sitio mágico, no apto para cualquiera. Sólo para locos en sus nocturnidades, sónambulos y seres feéricos. Shhh, silencio, huele el viento, el espiritu del verano trae aromas y quiasmas, metáforas y juegos de palabras escondidos, poemas que se acaban y nadie lee si no son mirados. Silencio, y cada vez se oye menos. Mantengamos el secreto que aquí subyace. Es un lugar mágico. No apto para cualquiera... Sólo para locos.

La entrada, cuesta la razón.