“Atención: capacidad de contemplar. Diligencia: capacidad de obrar atentamente,
prendiendo en cada objeto la propia vibración. Porque el precipitado – o el veloz- pasan por
todo sin verlo. Y, en consecuencia, sin gozarlo. Mientras el diligente hace vivir de nuevo cuando
toca. Diligere es tanto como amare. El precipitado lo deja todo inerte. O intacto, cuando
estúpidamente no lo destruye. Diligencia: fluido vital aplicado al mundo, sangre, espíritu. Prisa:
fluido mercantil, gasolina, maquinismo. El ocioso puede ser diligente, pero el precipitado es
siempre holgazán"
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Entrega el comentario. Termina el otro comentario. Entrégalo. Da los últimos pespuntes al guión de la exposición para entregarlo. Haz 12 trabajos de un folio cada uno resumiendo la historia de la lengua española. Entrégalos. Entrégate. Cuidado. Cuatro pruebas de no-inteligencia, te esperan para definirte.
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