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allá donde la mar furiosa
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allá donde la mar furiosa
se me antoja hermosa forja
de ondas solas, de olas sordas,
que beben de un viento enfermo,
que nace en aquella lejana linea
donde se vuelve espumoso cielo
el brillante azul del mar; allá.
persigo los rastros de una vida
manchada de horas muertas,
y allí, a ras de la pena
que tú me entregas
yo me encuentro.
y es que están
tallándome al alma y los huesos el tiempo,
empeñándose en hacer humano un cuerpo,
tan ajado, tan cansado que a poco está muerto.
¡ay! suspirar, tan solo un amargo trago,
ese que bebo del aire al que pinto
en un color helado,
como de principios de invierno,
como de principios de invierno,
y así quedan mis labios sellados,
y secos de tu susurro.
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