Frasario

"Y todo comienzo esconde un hechizo"

José Knecht

24 ene 2011

Bs

Era en la mañana gris que aquel gusano largo y terrible paró para engrosar su cuerpo fétido cubierto de anillas hasta la extenuación. Aunque quizás ya estaba parado y simplemente decidió –él- amablemente entrar en su honda boca que se abrió con el sonido gutural y olor que acostumbra tras pagar el peaje de barquero que en vez de en los ojos guardas en los bolsillos; pensando que ves, creyéndote seguro. Se alimentaba de manzanas doradas y tintineantes o verdes y jugosas bajo un absurdo pitido que enunciaba el: puedes pasar a mis entrañas: bienvenido al mundo: malos días: despierta: quítate la chaqueta para ser engullido: déjatela si quieres pasar calor: en mi tripa moriréis: lucha por tener donde agarrarte al tracto digestivo del gusano anillado tan largo como larga es la agonía del entrar hasta el salir. El invierno fue caluroso entonces, lleno de colores y largos complementos que hacían las veces de animales muertos que ornamentaban la ropa: sé partícipe de la agonía que augura al mundo cuando, o ven tras el cristal, o ven su reflejo, jamás la realidad que hay tras el reflejo; y mucho menos, que hay cristal y la realidad les queda lejos. Hasta las mariposas podrían haber vivido allí, tan cercanas a la artificiosidad como a la temperatura tropical; menos mal que hoy tocaban lentillas para borrar la niebla en vez de gafas que, pobres, erráticas y ajadas, se habrían empañado y vuelto a la niebla; hecho inservibles con la entrada al inexplicable insecto tragalotodo.
Entras, dudas; miras: caras. Dios qué horrible –dices- partícipe de la vorágine inerte que domina sobre todos. Y te fijas en los rasgos y en la ropa, y defines sin tocar, ni observar, ni hablar; defines con mirar: pasar la mirada por encima de las personas; por encima como todos hacen: nuevamente partícipe.
La negación en el castellano de la Edad Media: los romances. Y entra ella y tu con esta cara y nadie que te avisa. No te sientes a mi lado, tengo que repasar la exposición de ahora. Te dices. No, justo frente a ti, listo. La tienes delante. La mujer total ante tus ojos, la naturaleza ha cobrado vida dándole expresión femenina. Y la pequeña depresión diaria tras el alba desaparece; el prozac puede esperar hasta la cena. Ella abre el periódico a cámara lenta, por supuesto y el gusano se pone en marcha a cámara rápida para viajar –lentamente- a través del corpus de una ciudad dominada por parásitos de este tipo; a través de unas venas gastadas e interminables que se extienden inextricables tanto en la mañana como en la tarde. Inútiles y horriblemente necesarias, como neuronas con alzheimer.

4 comentarios:

Pine Apple dijo...

Estos son los textos de los que me gusta hacer comentarios y ensayos xD

Alruin dijo...

Leyendo a Jarnés...; me leo, vuelvo a Jarnés; me vuelvo a leer ¡Donde está el botón de borrar! xD

LucíaCores dijo...

Juraría que hay pesadillas de esquizoides hasta el culo de LSD más coherentes, tranquilas y normales que tu escrito.
=)

Alruin dijo...

Tiene coherencia! Maldita sea!...En algún lugar de mi cabeza xD

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Me gusta doblar los libros, subrayarlos, pero sobre todo leerlos. Me gusta mi gata, más que muchas personas. Hacer tartas. Dormir cuando pían los pájaros y estar en vigilia cuando otros duermen. Huyo del gentío. Las cosas complicadas.